Después de haber leído el texto y los comentarios, me gustaría expresar los problemas que encuentro en esta discusión.
En primer lugar, para poder discutir seriamente si panteísmo y libertad humana son compatibles, es necesario: a) creer que existe un dios, y b) que
ese dios es panteísta. Lo malo de esto es que si no crees en a y b, esta discusión queda vacía, es pura especulación, o filosofía ficción. Sin
embargo, si crees en a y b, la discusión también deriva hacia la especulación: ni el más creyente de los creyentes tiene una experiencia directa del
panteísmo, por lo que carecemos de una definición firme del concepto. Lo mismo sucede con la libertad. Si no me equivoco, fue Gabriel quien pidió
una definición del concepto y Alejandro copió, amablemente, una entrada de un diccionario. Pero en esa entrada no se nos ofrecía una definición
firme tampoco, sino que se nos explica que cada época ha entendido la libertad como algo distinto. Es decir, estamos intentando hacer encajar dos
elementos que no sabemos bien qué son. Como hemos visto, en esta misma discusión se ha ido redefiniendo el panteísmo, obteniendo resultados
completamente diferentes. Lo mismo se puede hacer con la libertad.
Por lo tanto, esta discusión puede volverse infinita. Podríamos ir variando pequeñas sutilezas en cada uno de los elementos, y ver qué sucede
cuando se comparan. Así que creo que habría que evitar caer en esto y tratar de poner unos límites: ¿hemos de entender, en esta discusión,
panteísmo y libertad tal y como lo entendieran Schelling y sus contemporáneos (si es que había un consenso)? ¿O hemos de plantearnos la
pregunta utilizando las definiciones contemporáneas?
Finalmente me gustaría añadir un pequeño comentario. Rafa comentó que un dios todopoderoso puede crear al hombre libre dejándole en su mano
que le ame por propia voluntad. Esto me hizo recordar una entrevista en la tele a Zizek en la que explicaba que hay dos tipos de padres:
- El padre antiguo, que le dice a su hijo: esta tarde vas a ir a ver a tu abuela. Y al niño no le queda más remedio que obedecer, quiera o no quiera ir.
- El padre moderno, que no es tan autoritario, y le dice a su hijo: mira, si quieres esta tarde podrías ir a ver a tu abuela, que ya sabes cuánto te
quiere y cómo se alegra cuando te ve. Pero eso sí, sólo si tú quieres.
Según Zizek, es preferible el primer padre al segundo. El primero, obliga a su hijo a ir, dejándole un espacio a su hijo para sentirse presionado,
mientras que el segundo no sólo está haciendo que su hijo se sienta obligado a ir a ver a la abuela, sino que también le está haciendo sentirse
culplable por no querer hacerlo.
Algo así sucede con un dios como el que se dijo: te da libertad, por lo que puedes amarle o no, dependiendo de tu inclinación. Puedes ser
agradecido y amar a dios por crearte y darte libertad, o puedes ser un desagradecido y no amarle.