Alejandro Rojas, Sobre el comentario de Husserl acerca de la Einzelidee de Hume
I.
El empirismo y la fenomenología
Husserl comenta en sus Investigaciones lógicas la filosofía empirista de Hume. Resalta con razón la
siguiente expresión de su filosofía: “la imagen en nuestra mente es solamente la imagen de un
objeto simple”. Es igual de qué sea el abstracto, la imagen mental siempre es simple. Se entiende,
continúa Husserl comentando, que toda universalidad devenga una mera generalización de ideas1, lo
cual debe ser visto como un problema que, sin embargo, Husserl considera menos importante que el
siguiente: el inglés no distingue entre Erscheinigung y Erscheinendes, esto es, entre el fenómeno (el
contenido de la percepción) y la intuición que pone el contenido. Una distinción que Husserl
considera vital y que debe ser defendida. Dice Husserl: “dejamos de este modo que esté vigente la
diferencia que hemos acentuado más arriba y en confrontación con Hume, a saber la diferencia entre
la visión concreta del objeto fenoménico presente y real (en el sentido de vivencia) y entre la
intuición del objeto (su ser percibido, su ser fruto de la fantasía…).”2 Esto es, por un lado el
contenido de la percepción, y por otro lado el acto de la percepción que pone aquel contenido.
Conviene llamar la atención sobre el hecho de que a Husserl no le interesa la realidad de las ideas,
esto es, si tienen o no fundamentum ab rem. Dice textualmente: „para la conciencia lo dado es
esencialmente lo mismo el hecho de que exista o no el objeto representado.”3 Incluso llega a decir:
„el objeto inmanente mental no está subordinado a una existencia descriptiva (real) de la vivencia
que no sea inmanente o mental. 4 No le interesa su fundamento metafísico, la Wirklichkeit. La
realidad, dice la tradición filosófica, en el sentido de Wirklichkeit, debe ser pensada en relación a las
posibilidades (Möglichkeiten), o Formas, bajo las cuales aquel ser real (Wesen) se manifiesta.
Considera Heidegger, y yo creo que con razón, que la cumbre de la metafísica es Schelling (en un
enunciado que rectifica a aquel otro en el que pensó que podría haberlo sido Nietzsche) –y la obra
más grande del idealismo alemán-, porque Schelling realiza una extraordinara doctrina de las
potencias en las que busca explicar cómo la realidad puede mostrarse bajo múltiples formas en un
movimiento, concluirá a partir de 1809, en el que la Wirklichkeit nunca puede identificarse
plenamente con la manifestación concreta (es lo inefable), aunque al mismo tiempo cada
manifestación concreta es una expresión de la misma realidad. Y así, del mismo modo que decimos
que el pensar es pensar cuando piensa algo, la realdiad, a su vez, es realidad en las determinaciones
concretas, aunque pensar y realidad, así como cualquier otra actividad (ver, oler, pintar, cocinar…)
permanecen libres respecto de cada determinación (frei von) para cada determinación (frei zu).
Husserl sin embargo, con un talante menos metafísico, no se interesa por esta Wirklichkeit, sino por
la posibilidad dada, por lo que hay, por la realidad en el sentido de “esto es lo que hay de hecho”. La
Gegebenheit. Se corresponde con nuestra expresión: podrás pensar lo que quieras pero esto es lo
que hay. La Gegebenheit es la realidad posible de hecho, que se piensa en relación a otras
posibilidades que podría haberlas pero, de hecho, no las hay.
No vemos aquí sin embargo una crítica a la metafísica, sino más bien un interesarse por otra cosa.
Por el resultado. Lo dado. El Ergebnis. Pero mientras que Hume, el empirismo, no tiene en cuenta el
acto del dar, Husserl, al igual que la metafísica, es consciente de que lo dado debe ser dado.
Ergebnis viene de ergeben, que significa dar como resultado. Lo que hay es lo que se da: es gibt.
¿Quién o qué da? ¿Cuál es la lógica de este dar? ¿Por qué esta realidad dada y no otra?
La metafísica consideraría que la explicación debe buscarse en la realidad misma, porque ella funda
la posibilidad. Husserl en cambio, busca la lógica interna de la posibilidad y se encuentra con lo que
creo que podría ser formulado brevemente de la siguiente manera: en primer lugar, que la vivencia
se corresponde con un acto de percepción (intuición), lo que le lleva a realizar su famosa epoché. Se
nos revela entonces que la realidad dada se corresponde con un peculiar modo de captar la realidad
¿y qué se esconde tras este acto? El sujeto trascendental, que no es otra cosa que un sujeto de la
intuición que acompaña constantemente a la realidad dada, o sea al objeto de la
intuición.